Te explicamos cómo impactará al mercado inmobiliario y a los inversores extranjeros.
La decisión del Gobierno de España de eliminar el programa de Golden Visa marca un cambio importante para el sector inmobiliario, especialmente en el segmento de lujo, que ha dependido del interés de inversores extranjeros. Introducidas en 2013, las Golden Visas permitían a ciudadanos no comunitarios obtener residencia a cambio de invertir en inmuebles, generando un flujo constante de capital extranjero, principalmente en ciudades como Madrid, Barcelona y Marbella.
Boom de Inversión Extranjera en Viviendas de Lujo en 2023: Más de 4.000 Compras de No Comunitarios superan los 500.000€ en España. Del total de estas operaciones, el 49,6% correspondió a comunitarios y el 50,4% a no comunitarios, que accedieron al permiso de residencia por inversión inmobiliaria en 2023.
Razones para el cambio
El gobierno apunta a reducir la especulación inmobiliaria y evitar la subida de precios en las zonas más demandadas, además de priorizar inversiones más productivas que generen empleo y crecimiento sostenible, alejándose de políticas que favorecen únicamente la compra de propiedades de alto valor.
¿Qué sigue para el mercado inmobiliario?
La desaparición de la Golden Visa impactará principalmente el segmento de lujo, pero no detendrá el atractivo de España para los inversores extranjeros. Se prevé que estos enfoquen sus capitales en otros instrumentos, como fondos inmobiliarios o proyectos de desarrollo específicos. Asimismo, esta medida podría liberar inventario y mejorar la accesibilidad en algunas áreas residenciales.
Un sector en transformación
La eliminación de la Golden Visa supone un desafío para el mercado inmobiliario de lujo, pero España sigue siendo un destino atractivo para la inversión. Adaptarse a esta nueva realidad será clave para los agentes del sector, mientras el gobierno podría explorar nuevas vías para atraer capital internacional en sectores como tecnología o sostenibilidad.
Esta nueva medida marcará, sin duda, un punto de inflexión en el mercado inmobiliario español, pero no necesariamente un cambio negativo. El mercado es resiliente y ha demostrado capacidad para adaptarse a nuevas circunstancias. La clave será cómo se estructuran las políticas de inversión y desarrollo en los próximos años, y cómo se gestionan las necesidades de vivienda en un contexto donde la presión por la accesibilidad continúa siendo uno de los grandes desafíos sociales.